lunes, 12 de mayo de 2014

El cisne negro. Nassim Taleb

Nos olvidamos con rapidez de que el mero hecho de estar vivos es extraordinariamente afortunado, un evento remoto, una ocurrencia fortuita de enormes proporciones. Imagine una partícula de polvo al lado de un planeta que tenga mil millones de veces el tamaño de la Tierra. La partícula de polvo representa las probabilidades favorables de que usted naciera; el planeta gigante, las probabilidades contrarias. De modo que deje de preocuparse por lo minúsculo.

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