viernes, 25 de diciembre de 2009

Vivir adrede. Mario Benedetti

Una red de museos dignifica en cierto modo la geografía cultural del orbe, al menos de este que habitamos. Hay muestras de vestigios prehistóricos, exposiciones de artesanías indígenas, pinacotecas de aristas renombrados con ninfas desabrigadas que nos convocan, o lienzos indescifrables que nos dejan al margen, propuestas religiosas que nos llenan de dudas o duendes infernales que no hacen señas. Pintores como Velásquez, Guaguin, Goya y también nuestro Blanes, que dejaron en sus cuadros rostros que nos miran y hasta nos interrogan. Hay gliptodontes, museos etnológicos, exhibiciones de reliquias Sólo echamos de menos un museo de alegrías.

Volver al incio

Por favor deje sus impresiones sobre lo publicado dando “click” sobre la palabra comentarios debajo de este recuadro. Muchas gracias.

No hay comentarios: