Es preciso conocer el fin hacia el que debemos dirigir nuestras acciones. Desde el hombre más noble al más humilde, todos tienen el deber de mejorar y corregir su propio ser. ¿No sería más eficaz lograr que fueran innecesarios los juicios? ¿No resultaría más provechoso dirigir nuestros esfuerzos a la eliminación de las inclinaciones perversas de los hombres?
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