lunes, 15 de agosto de 2016

Filosofía aquí y ahora. José Pablo Feinmann

...el pensamiento filosófico... es deseable que sea autónomo, autónomo. Y no solo el pensamiento filosófico... el suyo también, el mío también. En general, es conveniente, es recomendable que nuestro pensamiento sea autónomo, es decir, que sea nuestro, que no seamos pensados por el sistema (por darle éste nombre, así, en general a la cosa) Digamos, hay un enorme sistema que nos piensa, que piensa todo por nosotros entonces nos ahorra la terrible tarea de pensar. A esto, Heidegger lo llama "vivir en estado de interpretado".

Casi toda la gente de este mundo vive en "estado de interpretado". Les voy a dar un ejemplo de "estado de interpretado": La "ideología Taxi"... Generalmente uno sube al taxi y el taxista argentino tiene una característica muy peculiar, que es que uno sube y él le empieza a hablar... pero le empieza a hablar de lo que escucha por la radio, entonces apenas dice dos palabras uno ya sabe que radio escucha. Entonces uno puede decirle: Mire, no siga hablando porque yo se que usted me va a decir esto, esto, esto y esto. ¡Ah!, dice el taxista, ¿cómo lo sabía?... Y, lo sé porque eso es lo que dicen en la radio que usted escucha, entonces usted no está diciendo sus ideas, está diciendo las ideas de la radio que escucha. Usted no está hablando, está siendo hablado. Usted no está pensando, está siendo pensado. Usted vive en "estado de interpretado". Sus ideas no son suyas. Lo que usted dice no le pertenece.

Entonces, ésta cuestión de vivir en "estado de interpretado", Heidegger la va a llamar: "La existencia inauténtica". La existencia inauténtica es ante todo aquella que es incapaz de dar cara a la finitud del hombre. La existencia inauténtica es aquella que vive en exterioridad.

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