viernes, 27 de noviembre de 2009

Sobre Mujeres. José Ricardo Lucks

El Don Juan es el ejemplo perfecto del timador: el que busca saber lo que el otro anhela, para luego presentárselo de forma que parezca posible, aunque en realidad no sea así. Obviamente el Don Juan hace esto con fines de beneficio personal y sin interesarse por el otro...

La figura del personaje abusador se da, en realidad, más en política –demagogos que normalmente llegan a puestos ejecutivos de alto rango– que en el juego entre varones y mujeres. Digo esto por dos razones. A saber:

1.- El Político corre con ventaja, porque el intelecto promedio de la masa es siempre menor al de los individuos que la conforman, por lo tanto, el individuo en masa es más fácil de engañar. Por otra parte, la masa no es específica en sus necesidades, sino que estas resultan del promedio de las individuales. Esto hace que se pueda ser también mucho menos concreto al momento de prometer. Cada cual tomará lo que el político diga, y creerá que es lo que él mismo piensa o quiere, no habiendo posibilidad de comprobación inmediata.

2.- Porque excepto por algunas cosas muy básicas, los varones en general no entienden –y muy pocas veces se interesan por entender– lo que las mujeres puedan estar deseando o anhelando.

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