lunes, 13 de abril de 2009

Meditaciones. Marco Aurelio

Después de asignarte estos nombres: bueno, reservado, veraz, prudente, condescendiente, magnánimo, procura no cambiar nunca de nombre, y, si perdieras dichos nombres, emprende su búsqueda a toda prisa. Y ten presente que el término «prudente» pretendía significar en ti la atención para captar cabalmente cada cosa y la ausencia de negligencia; el término «condescendiente», la voluntaria aceptación de lo que asigna la naturaleza común; «magnánimo», la supremacía de la parte pensante sobre las convulsiones suaves o violentas de la carne, sobre la vanagloria, la muerte y todas las cosas de esta índole. Por tanto, caso de que te mantengas en la posesión de estos nombres, sin anhelar ser llamado con ellos por otros, serás diferente y entrarás en una vida nueva.

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