jueves, 16 de agosto de 2012

40 nuevas parábolas. Victor Codina

Había, cerca del océano, una estación de salvamento. Salvaba a mucha gente, con lo cual se hizo famosa, salía en todos los diarios. Tanta fama tenía, que muchos se acercaron para participar, ayudar, donar, aparecer, y estar con los que salvaban gente.

La cabaña original dio paso a un edificio moderno y muy pulcro, con muchas facilidades. Tanta gente y tanta socialización, que se empezaron a olvidar de los salvamentos. De hecho cuando había que salvar a algún naufrago era todo un problema, ya que llegaban todos sucios chorreando agua y arena, manchaban las alfombras y alteraban el clima de fiesta, interrumpían las entrevistas etc.

Tal controversia se armó, que terminaron enfrentándose los que querían mantener las actividades originarias del club, contra los que preferían la nueva modalidad. Finalmente los que perdieron se terminaron yendo, y fundaron, no muy lejos, una nueva estación de salvamento dedicada a los naufragios, en vez de sólo concentrarse en el esparcimiento y la farándula.

La nueva estación no tardó en hacerse famosa debido a su gran labor, con lo cual, nuevamente, se volvió a llenar de gente que sólo quería compartir la fama y la notoriedad. Pasado algún tiempo, la costa terminó poblada de clubes sociales. Cada uno de ellos orgulloso de su origen y tradiciones, de su pasado y sus hazañas relatadas por los antiguos miembros. En la costa, seguían produciéndose naufragios, pero aparentemente ya a nadie le importaba.

Adaptación del cuento "Estación de salvamento" publicado en el libro del título

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