La información se propaga, no no se distribuye. La forma en que se propaga la información es muy diferente de la distribución de bienes físicos. Su movimiento se asemeja más a algo producido por la naturaleza que por una fábrica. Puede concatenarse como fichas de dominó en caída o crecer en una red fractal, como cuando una ventana se congela en el invierno; pero no puede enviarse como si fuese un “elemento”, excepto en la medida en que puede ser contenida en ellos. No es que simplemente pueda movérsela de lugar, deja un rastro en todas las partes por las que ha pasado.
La distinción económica central entre la información y la propiedad física es que la información puede transferirse sin salir de la posesión del propietario original. Si te vendo mi caballo, no puedo montarlo después de eso. Si en cambio te vendo lo que sé, luego de haberlo hecho ambos lo sabemos.
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