Cada día despertamos algo diferentes al día anterior, y
la persona que fuimos ayer está muerta. Así que ¿por qué –se podría preguntar–
tener miedo a la muerte, cuando la muerte ocurre todo el tiempo? Incluso es
posible que no gusten nuestros propios yo antiguos, aquellos desechables
antepasados nuestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario