… en el origen de
muchas dificultades del mundo actual, está ante todo la tendencia, no siempre
consciente, a constituir la metodología y los objetivos de la tecno-ciencia en un paradigma de comprensión
que condiciona la vida de las personas y el funcionamiento de la sociedad. Los
efectos de la aplicación de este molde a toda la realidad, humana y social, se
constatan en la degradación del ambiente, pero este es solamente un signo del
reduccionismo que afecta a la vida humana y a la sociedad en todas sus dimensiones.
Hay que reconocer que los objetos producto de la técnica no son neutros, porque
crean un entramado que termina condicionando los estilos de vida y orientan las
posibilidades sociales en la línea de los intereses de determinados grupos de
poder. Ciertas elecciones, que parecen puramente instrumentales, en realidad
son elecciones acerca de la vida social que se quiere desarrollar.
No puede pensarse
que sea posible sostener otro paradigma cultural y servirse de la técnica como
de un mero instrumento, porque hoy el paradigma tecnocrático se ha vuelto tan
dominante que es muy difícil prescindir de sus recursos, y más difícil todavía
es utilizarlos sin ser dominados por su lógica. Se volvió contracultural elegir
un estilo de vida con objetivos que puedan ser al menos en parte independientes
de la técnica, de sus costos y de su poder globalizador y masificador.
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