sábado, 19 de abril de 2014

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

El egoísmo practica una ética utilitarista. Do ut des, en latín. Te doy para que me des. El egoísmo, bien entendido, es un programa de vida, e incluso una ética. Todo egoísta esta comprometido con el egoísmo ajeno. Cuenta con ello. En la vida como negocios hay que tener muy presente al otro y sus intenciones.
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¿Todo lo que tenemos es el mercado? Aparentemente sí. La libre transacción, la economía de mercado, el mercado de valores, de talentos. Mercado. Negocio. Te doy para que me des. Todo es mercancía. Ni fraternidad, ni piedad ni relación humana de tipo de comunidad personalista. Solamente intereses
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Para modificar la realidad, primero hay que conocerla, aceptarla. No significa aplaudirla ni elogiarla, pero sí tenerla por lo que es. Y lo que es, mercado o cambalache, lo mismo da. Puesto que no hay relaciones humanas en el fondo sino tan sólo intercambios de bienes, todos impersonales, sólo puede ligarnos la ética de la confianza. Es la ética del mercado que lo prometido una vez sea inviolable, para que el otro pueda confiar en ti y tú en el.

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