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viernes, 4 de noviembre de 2016

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

El individualismo de nuestro tiempo, el hombre que se mira el ombligo, la desintegración de lo objetivo frente a la cual va creciendo el sujeto, el hombre solo, sin sociedad, sin perspectiva histórica, sin marco alguno, con la consecuente caída en el relativismo, disuelven toda posibilidad ética o mejor dicho, provienen de la disolución de toda ética.

La ética no es la finalidad. La ética dice que tú eres en ti mismo la finalidad. Y para alcanzar esa finalidad debes respetar al otro en calidad de finalidad en sí mismo. 

sábado, 24 de septiembre de 2016

viernes, 22 de julio de 2016

martes, 24 de mayo de 2016

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

El animal vive naturalmente su animalidad. El hombre, en cambio se las ingenia, invierte seso e imaginación para ser animal. En este punto el mundo ha cambiado poco o nada. El Eclesiastés seguirá teniendo razón cuando afirma que “nada nuevo hay bajo el sol”. La práctica de la destrucción recíproca –en forma de sutiles odios, de contraposiciones ideológicas o de gases y crematorios es autodestrucción.


sábado, 23 de abril de 2016

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

La soledad es el mal, lo no-bueno, la negación del bien. Si en Génesis I, varón  mujer forman la pareja básica indispensable para la supervivencia biológica (procreación), en Génesis II nace la mujer con otra finalidad: compartir la vida del hombre, reducir y anular su soledad, el no-bueno.

domingo, 9 de noviembre de 2014

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

Las acciones, cualesquiera fueran, son mecanismos de fe; el actuar implica la fe en que esto que hago se prolongará luego, mañana, algún día, en cierta consecuencia. Actuar es crear, crear es creer.

Lo incierto, tenía razón Pascal, nos mueve hacia delante. Fe. Aunque no sepamos exactamente en qué. Amar es creer. Educar es creer. Labrar un jardín es creer. Anotar en la agenda qué harás el mes que viene es creer. Acostarse a dormir y decir “hasta mañana” es creer.

Vivir es creer.

sábado, 9 de agosto de 2014

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

Se habla del “opio de las masa” y se decía que ella era la función de la religión. Quizá así haya sido.

Actualmente el mercado sustituye a la religión; los aparatos a los diferentes sacramentos. En eso creemos hoy.

Para las masas, siempre hay estructuras envolventes que las mantienen tranquilas, satisfechas, mecanizadas, automatizadas. Pero están conformadas por individuos. Que se pierden en la masa, pero al mismo tiempo, no quieren ser masa, quieren ser ellos mismos.

El opio es de los individuos. Únicamente los individuos necesitan opio.

sábado, 19 de abril de 2014

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

El egoísmo practica una ética utilitarista. Do ut des, en latín. Te doy para que me des. El egoísmo, bien entendido, es un programa de vida, e incluso una ética. Todo egoísta esta comprometido con el egoísmo ajeno. Cuenta con ello. En la vida como negocios hay que tener muy presente al otro y sus intenciones.
[…]

¿Todo lo que tenemos es el mercado? Aparentemente sí. La libre transacción, la economía de mercado, el mercado de valores, de talentos. Mercado. Negocio. Te doy para que me des. Todo es mercancía. Ni fraternidad, ni piedad ni relación humana de tipo de comunidad personalista. Solamente intereses
 […]

Para modificar la realidad, primero hay que conocerla, aceptarla. No significa aplaudirla ni elogiarla, pero sí tenerla por lo que es. Y lo que es, mercado o cambalache, lo mismo da. Puesto que no hay relaciones humanas en el fondo sino tan sólo intercambios de bienes, todos impersonales, sólo puede ligarnos la ética de la confianza. Es la ética del mercado que lo prometido una vez sea inviolable, para que el otro pueda confiar en ti y tú en el.

lunes, 28 de junio de 2010

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

Cultura es creación; luego, cultura es conservación, tradición, dogmatización de lo creado, es decir, negación, en principio de la creación, de la libertad.
[…]
Es el juego de la libertad, que al crear va dando lugar a jaulas, a prisiones más o menos duraderas. Hasta que el tiempo –los hombres, las generaciones- las corroen con nuevos ataques de libertad, para crear nuevas jaulas y prisiones de ideas, sentimientos, valores, frases, conceptos, imágenes.



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miércoles, 5 de mayo de 2010

La dimensión del hombre. Jaime Barylko

Los movimientos extremistas, a menudo, suceden en la historia humana y forman parte de aquello que Heráclito, el filósofo griego de la antigüedad, consideró como la esencia del cambio, siendo el cambio la esencia, a su vez, de la realidad.

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viernes, 20 de noviembre de 2009

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Si no puedes modificar tu conducta, sugiero yo, al menos modifica tu habla. No hables de todo aquello que exija de ti una conducta y no puedas realizarla o no te propongas realizarla.

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lunes, 23 de marzo de 2009

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Mi conducta es acontecimiento. Si hablo bien y no me comporto en consecuencia, mi hablar es vano.

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miércoles, 18 de febrero de 2009

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

El amor al prójimo es sustituido por el amor a la humanidad. Lo pequeño, el prójimo, el hijito de uno, el vecino, el próximo, no nos merecen de atención tan alta y magnánima alma.
Somos tan humanistas que el hombre de carne y hueso inmediato no nos es perceptible. Es lo que se decía: el bosque impide ver los árboles.
Nos ocupamos de bosques, no de árboles. Es maravilloso tener un alma amplia y grandota, y es de servidores y gente muy inferior ocuparse de cosas chiquitas, como las villas miseria, por supuesto, de a la vuelta de casa. Entendemos que sólo los temas grandes no hacen grandes.
Es la ética del discurso universalista la que nos caracteriza.
La de la práctica cotidiana, próxima, prójima, no nos estimula demasiado. Los niños sí, pero no este niño, y mucho menos si vive en mi casa o a lado de mi casa.

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viernes, 9 de enero de 2009

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Por eso es menester revitalizar la trilogía bien, belleza y verdad. La verdad se caracteriza, según últimas definiciones y otras antiguas, por la concordancia de lo que se dice con aquello a lo que hace referencia el decir. […] Es el respeto a lo ajeno en calidad de lo que es, y no de lo que quiero que sea. Es la coherencia de discurso y acontecimiento.

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lunes, 22 de septiembre de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

En lo humano -"animal enfermo", lo calificó Hegel con precisión-, la animalidad -léase naturaleza- está "enferma"; es decir, no funciona automáticamente, sino que, más bien, está combatida, reprimida, desviada de sus automatismos innatos.

Hay que comer, dictamina la naturaleza. La historia personal del asceta o del dietista ordena, al contrario, ayunar, dejar de comer.

La naturaleza otroga poderes.

La historia los canaliza en estructuras de sentido, en un qué, y por qué, y para qué.

Estamos ante la Ley porque estamos ante el qué, y el porqué, y el para qué compartimos con los demás.

Algo que no es yo, que está por encima de mí, o por delante de mí, y hacia donde debo ir. Si conociera ese objetivo sabría adónde ir, cómo ir, qué hacer, cómo hacer. Estamos ante una necesidad de legislar el significado de esta vida no elegida y que consiste toda ella en sucesivas elecciones.

Lo no elegido -el nacimiento- es azar. Idénticamente será la muerte.

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lunes, 8 de septiembre de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Siempre nos cuentan la salida a la libertad. Las rotas cadenas, la libertad negativa, según Fromm. Siempre dejan de contarnos cómo se desenvolvieron los hechos luego. La libertad positiva. Y lo que importa no es precisamente eso que cuentan, cómo uno sale a la libertad, sino qué hace uno con esa conquista. El nuevo orden, la nueva moral de sí mismo. De eso no se habla.

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miércoles, 27 de agosto de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Tenemos que aprender, o mejor dicho re-aprender la vida en comunidad, la responsabilidad ante lo público. Estacionar el auto en cualquier lado es in-humano, porque es anti-comunitario. Pasear perros y cubrir toda la acera de perros y de excremetos de perros, por más buena persona que uno sea, es inhumano y anticomunitario. Poner tu música preferida con parlantes interestelares para que el Alto Perú y el Bajo Bolivia tambien escuchen es inhumanidad, es desconocimiento del prójimo, y el que desconoce al prójimo se está negando a sí mismo.

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lunes, 18 de agosto de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

La ciencia, que no es la vida, tiene por finalidad explicar, y en ello carga toda su emoción. Claro que cuando explica su pasión de explicar, miente, como se hace siempre que se reconstruyen emociones en planos discursivos, y dice que lo hace por el bien de la humanidad, por la verdad, por el progreso de la historia o la prolongación de la vida. Lo hace porque le encanta hacerlo.

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lunes, 11 de agosto de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

El hombre es la ilusión de ser individual.
Puesto que es ilusión, constructo arbitrario y poderoso, se desvanece de tiempo en tiempo, puesto que necesita de otro constructo semejante que testimonie su propia existencia.

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lunes, 4 de agosto de 2008

El hombre que está solo y no espera. Jaime Barylko

Bajo la apariencia del individualismo, del uno mismo liberado de autoridades y condicionamientos exteriores, el sujeto humano es masa, busca la masa, y de ella se nutre. Del Todos. Lo que hacen todos hago yo.

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