EXTRANJERO: En cierto sentido es evidente que el legislar es una de las atribuciones del reinado. El ideal, sin embargo, no es que la autoridad resida en las leyes, sino en un rey sabio y hábil. ¿Sabes por qué?
SÓCRATES EL JOVEN: ¿Qué quieres decir?
EXTRANJERO: Que no pudiendo la ley abrazar nunca lo que es verdaderamente mejor y más justo en todas las ocasiones, no puede tampoco ordenar lo más excelente. Porque las diferencias que distinguen a todos los hombres y a todas las acciones, y la incesante variación de las cosas humanas, que siempre están en movimiento, no permiten a un arte, cualquiera que él sea, establecer una regla sencilla y única, que convenga en todos tiempos y a todos los hombres. ¿Convenimos en esto?
SÓCRATES EL JOVEN: Sin duda.
...
EXTRANJERO: ¿No es imposible que lo que es siempre lo mismo, convenga a lo que no es siempre lo mismo?
SÓCRATES EL JOVEN: Así me lo temo.
EXTRANJERO: ¿Cómo, pues, puede ser necesario hacer leyes, si las leyes no son lo mejor posible? Busquemos la causa.
...
EXTRANJERO: Admitamos, pues, que el legislador, que debe obligar a rebaños de hombres a respetar la justicia y arreglar sus relaciones recíprocas, nunca será capaz, al mandar a la multitud entera, de prescribir precisamente a cada uno lo que le conviene.
SÓCRATES EL JOVEN: Es muy probable.
EXTRANJERO: Pero lo que conviene al mayor número de individuos y de circunstancias será lo que constituirá la ley, y el legislador lo impondrá a toda la multitud, sea que lo formule por escrito, o que lo haga consistir en las costumbres no escritas de los antepasados.
... si un hombre, valiéndose o no de la persuasión, rico ó pobre, con ó contra las leyes escritas, hace lo que es útil, ¿no debe decirse, que esta es la verdadera definición del buen gobierno, y que según ella se dirigirá el hombre sabio y virtuoso, que consulta el interés de los gobernados? Así como el piloto, preocupado constantemente con la salvación de su nave y de la tripulación, sin escribir leyes, sino formando una ley de su arte, conserva sus compañeros de viaje; en igual forma el Estado se vería próspero, si fuese administrado por hombres que supieran gobernar de esta manera, haciendo prevalecer el poder supremo del arte sobre las leyes escritas. Y hagan lo que quieran estos jefes prudentes, no se les puede hacer cargo alguno, en tanto que cuiden de la única cosa que importa, que es hacer reinar con inteligencia y con arte la justicia en las relaciones de los ciudadanos, y en tanto que sean capaces de salvarlos, y de hacerlos en lo posible mejores de lo que antes eran.
SÓCRATES EL JOVEN: Nada tengo que decir a tus palabras.
EXTRANJERO: ...los hombres no consienten con gusto el ser gobernados por uno solo, por un monarca, pues tienen perdida la esperanza de que se encuentre nunca un hombre, digno de ejercer este poder, que a la vez tenga voluntad y fuerza para mandar con la virtud y con la ciencia, y para dar equitativamente a cada uno lo que sea justo, que es lo que se llama bien; debiendo presumirse que se verá arrastrado más bien á maltratarnos, degollamos, y causarnos daño según su capricho.
...ya que no se ve aparecer en las ciudades, como en los enjambres de abejas, un rey tal como le hemos pintado, que sobresalga desde luego sobre todos los demás por el alma y por el cuerpo, no queda otro recurso que el de reunirse en consejo para escribir las leyes, siguiendo las huellas del verdadero gobierno.
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