El self no puede ser juez de sí mismo. No puede producir ningún «imperativo categórico» autónomo, porque el imperativo categórico sólo puede recibir sus credenciales del trascendente.
Su carácter categórico se deriva y vuelve a su cualidad trascendente. Es cierto que el hombre es responsable de sí mismo, pero en todo caso no es responsable ante sí mismo.
No únicamente la cualidad de libertad del hombre requiere un referente intencional, sino también la de la responsabilidad. Al igual que la libertad poco significa, por no decir casi nada, sin un «respecto a qué», la responsabilidad también resulta incompleta sin un «hacia qué».
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