miércoles, 25 de noviembre de 2015

Política. Aristóteles

Parece imposible que un gobierno dirigido por los mejores ciudadanos no sea excelente, no debiendo darse un mal gobierno sino en Estados regidos por hombres corruptos. Y, recíprocamente, parece imposible que donde la administración (las leyes) no es buena el Estado sea gobernado por los mejores ciudadanos.

Pero es preciso observar que las buenas leyes no constituyen por sí solas un buen gobierno, y que lo que importa, sobre todo, es que estas leyes buenas sean observadas. No hay, pues, buen gobierno sino donde en primer lugar se obedece la ley, y después, la ley a que se obedece se funda en la razón; porque podría también prestarse obediencia a leyes irracionales.

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