...con objetivos centrados en lo económico y material, “el progreso” no impactó en la vida de las personas sólo en el plano económico. Tal como ocurrió, su realización requirió una concepción de la vida y una manera de ser persona que hicieran posible la inversión de toda la energía humana en su ejecución. Implicó una forma de sentir, pensar y hacer. Implicó una manera de organizar las relaciones y los afectos, los vínculos familiares y sociales. Requirió disciplinar a las personas detrás de objetivos que apuntaron a la utilidad de todo lo existente (incluida la vida misma) y a su dominio y control en función de extraer su utilidad latente.
Es esa organización de lo humano que somos lo que hoy está en crisis, una forma de ser que el “progreso real” nos dejó como herencia y que aún nos hace impotentes para crear un mundo de bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario