martes, 15 de abril de 2008

Memorias de Adriano. Marguerite Yourcenar

Pusieron por las nubes mi paciencia hacia los solicitantes, mis frecuentes visitas a los enfermos de los hospitales militares, mi amistosa familiaridad con los veteranos de vuelta al hogar. Nada de se difería de la forma en que había tratado toda mi vida a mis servidores y a los colonos de mis granjas. Cada uno de nosotros posee más virtudes de lo que se cree, pero sólo el éxito las pone de relieve, quizá porque entonces se espera que dejemos de manifesarlas. Los seres humanos confiesan sus peores debilidades cuando se asombran de que un amo del mundo no sea de una estúpida indolencia, presunción o crueldad.

Volver al incio

Por favor deje sus impresiones sobre lo publicado dando “click” sobre la palabra comentarios debajo de este recuadro. Muchas gracias.

No hay comentarios: