miércoles, 21 de diciembre de 2016

El tercer ojo. Lobsang Rampa

Siempre teníamos que recordar el viejo adagio budista: "Siendo tú mismo el ejemplo, haz sólo el bien, y ningún mal a los demás. Esa es la esencia de las enseñanzas...".

Nuestro Abad Mayor, el lama Champa La, era tan severo como mi padre, y exigía obediencia instantánea. Uno de sus dichos era: "Leer y escribir son las puertas de todas las virtudes", de modo que teníamos mucho que hacer a ese respecto.

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