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miércoles, 28 de diciembre de 2016

La nueva analogía: Poesía y Tecnología. Octavio Paz

Nada más opuesto a nuestra concepción del tiempo que la de los primitivos: para nosotros el tiempo es el portador del cambio, para ellos es el agente que lo suprime.

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La sociedad primitiva ve con horror las inevitables variaciones que implica el paso del tiempo; lejos de ser considerados benéficos, esos cambios son nefastos...

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El remedio contra el cambio y la extinción es la recurrencia: el pasado es un tiempo que reaparece y que nos espera al fin de cada ciclo. El pasado es una edad venidera. Así, el futuro nos ofrece una doble imagen: es el fin de los tiempos y es su recomienzo, es la degradación del pasado arquetípico y es su resurrección. El fin del ciclo es la restauración del pasado original —y el comienzo de la inevitable degradación.

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Pasado atemporal del primitivo, tiempo cíclico, vacuidad budista, anulación de los contrarios en brahmán o en la eternidad cristiana: el abanico de las concepciones del tiempo es inmenso, pero toda esa prodigiosa variedad puede reducirse a un principio único. Todos esos arquetipos, por más distintos que sean, tienen en común lo siguiente: son tentativas por anular o, al menos, minimizar los cambios. A la pluralidad del tiempo real, oponen la unidad de un tiempo ideal o arquetípico; a la heterogeneidad en que se manifiesta la sucesión temporal, la identidad de un tiempo mas allá del tiempo, igual a sí mismo siempre.

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La época moderna... es la primera que exalta al cambio y lo convierte en su fundamento. Diferencia, separación, heterogeneidad, pluralidad, novedad, evolución, desarrollo, revolución, historia: todos esos nombres se condensan en uno: futuro. No el pasado ni la eternidad, no el tiempo que es, sino el tiempo que todavía no es y que siempre está a punto de ser.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Sobre la ira. Lucio Séneca

Ninguna edad perdona; a ningún hombre exceptúa. Pueblos hay que, por su extremada pobreza, no conocen el lujo; otros que, gracias a su vida nómada y activa, se libran de la ociosidad... Pero no hay pueblo al que no atormente la ira, tan poderosa entre los Griegos como entre los Bárbaros, tan funesta a los que temen la ley como a los que miden el derecho por la fuerza.

Además, las otras pasiones corrompen a los individuos; ésta es la única que a las veces se apodera de toda una nación. Nunca ardió en amor un pueblo entero por una mujer; jamás una ciudad entera cifró su esperanza en el dinero y la ganancia; la ambición domina en pechos aislados; el orgullo no es enfermedad pública. Pero frecuentemente produce la ira levantamientos en masa. Hombres, mujeres, ancianos, niños, jefes y pueblos se encuentran unánimes, y la multitud, agitada por algunas palabras, va más lejos que el agitador.

Córrese en el acto al hierro y al fuego; declárase la guerra a los pueblos vecinos; se hace a los conciudadanos; quémanse casas con toda una familia; y el orador querido, colmado de honores en otro tiempo, cae bajo la ira del tumulto que ha producido... el pueblo entero se separa del Senado...

Nada de formalidades, nada de auspicios: el pueblo se precipita sin otro guía que su ira, sin otras armas que las que le proporciona la casualidad y el pillaje, para expiar después con sangrienta derrota la temeraria audacia de su rabia.

martes, 8 de noviembre de 2016

Filosofía aquí y ahora. José Pablo Feinmann

Lo que hace Descartes es decir con esa famosa frasecita "Pienso luego existo", "Cogito ergo sum"... Lo que está diciendo Descartes es que el sujeto capitalista, al cual él representa, se define por la subjetividad. Y que ahora es la subjetividad aquello que da fundamento a todo lo existente. La subjetividad es ahora el subiectum. El subiectum es aquello que subyace a todo lo que existe. Así como los griegos lo llamaban hipokeimenon, es decir, aquello que es como el basamento de todo lo existente...

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Cuando Descartes escribe "El discurso del método", le está cortando la cabeza a Luis XVI. Porque ahí, es el hombre de la burguesía el que se pone en la centralidad y es el hombre de la burguesía capitalista el que comienza a hacer la Historia. Entonces cuando el hombre comienza a hacer la Historia, la Historia se dinamiza. Porque el hombre ya no está esperando que Dios haga la historia. La Historia la hace él. Entonces la Historia cobra un ritmo que antes no tenía. Porque antes era la etapa de la espera. Se esperaba el reino de los cielos. Ahora los hombres ya no esperan nada. Lo hacen todo ellos.

miércoles, 20 de julio de 2016

Walt Whitman: Poetry and Prose

Of all dangers to a nation, as things exist in our day, there can be no greater one than having certain portions of the people set off from the rest by a line drawn — they not privileged as others, but degraded, humiliated, made of no account.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Evangelii Gaudium. Papa Francisco

Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos en el mundo actual.

Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada.

miércoles, 8 de julio de 2015

Filosofía Aquí y Ahora. José Pablo Feinmann

... el principio revolucionario de los ideólogos era irritar a las masas llevándolas al conocimiento de la situación de indignidad en que vivían. En la medida en que tomaban conciencia de esa situación de indignidad, la irritabilidad crecía y la rebelión estaba más cercana. La rebelión es imposible cuando no existe la conciencia de la indignidad. Lo que hace imposible la conciencia de la indignidad es creer que vivimos en el mejor de los mundos posibles.
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Marx habrá de volcarse críticamente contra de la religión, y va a escribir una de las frases más conocidas, más mal interpretadas, más bastardeadas de toda su obra, una frase que dice: "La religión es el opio del pueblo". La frase es muy fácil de entender. Yo hoy, podría decirles a ustedes: "Internet es el opio del pueblo" y ustedes me entenderían muy bien lo que estoy diciendo; Podría decir, "Bailando por la escoba es el opio del pueblo" o "Show ping pong a las 21:30 de la noche, es el opio del pueblo". O sea, hay muchas maneras de opiar al pueblo. Para Marx, la manera fundamental era la religión... ¿Por qué? Porque la lucha de Marx va ha hacer que el proletariado, que los humillados de ésta tierra, tomen conciencia de su situación ignominiosa.
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Marx va a decir: tenemos que criticar lo que pasa en la tierra. La filosofía de la praxis, lo que plantea es que, hay que revolucionar las estructuras por las cuales los hombres son sometidos y esas estructuras, finalmente, en su gran formulación que va a dar Marx en "El Capital", en 1867, son las relaciones de producción, el sistema de producción capitalista.
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Por crítica Marx entiende, tornar claro algo que estaba oscuro; una toma de conciencia. Digamos, una persona puede padecer toda su vida una situación ignominiosa... Pero si en algún momento no se da cuenta de esa situación, no toma conciencia de su situación de ignominia, siempre le va a parecer natural lo que está padeciendo; es necesario que en algún momento tome conciencia de lo que le está pasando. Cuando toma conciencia de lo que le está pasando, ahí está viendo su situación desde una perspectiva "crítica".

La perspectiva crítica, es aquella que nos dice si lo que nos pasa está bien o está mal, si lo vamos a tolerar o no lo vamos a tolerar, si vamos a seguir así o no vamos a seguir así; en consecuencia, la crítica es aquello que acompaña a la conciencia; la conciencia debe ser siempre crítica, en la medida en que la conciencia no debe rendirse ante la realidad, no debe dejarse sofocar por la realidad, sino que la conciencia debe aclarar, juzgar, decidir sobre la realidad y en consecuencia luego es uno el que también sigue o no a esa conciencia, eso depende del coraje de cada uno. A veces nuestra conciencia nos señala cosas que preferimos ensordecer, para no seguirla porque simplemente tenemos miedo de hacerlo... Ahí es cuando prendemos algunos "aparatos" que tenemos en casa.

sábado, 27 de junio de 2015

El Libro Rojo de Mao. Mao Tse-Tung

Los cambios que se producen en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de sus contradicciones internas, es decir... entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por la nueva.